martes, 30 de noviembre de 2010

ACERCA DE MI

Andrea en Gandía. Verano de 2010

Esmeralda y Andrea en Gandía. Verano de 2004

Hoy es un día grande en mi vida: es el cumpleaños de mi hija Esmeralda y el santo de mi nieta Andrea. Pero hay algomas: también es el aniversario de boda de mi hermano.
Era el único hermano que tenía y no pude asistir a su boda porque él se casaba a las 5'30 de la tarde y yo me puse de parto a las 6 de la mañana. A tra´ves de las fotografías he podido ver cómo resultó todo. No es que yo fuera inoportuna, es que mi cuñada fué retrasando la fecha porque tenían que asistir al enlace unos tíos de ella y no podían venir hasta ese día. Les advertimos que yo ya estaba fuera de cuentas, pero parece ser que yo podía haber esperado. Son cosas que ocurren en muchas familias, pero yo ya no tendré nunca más esa oportunidad.
Pero bueno hoy es el cumpleaños y santo de mis hijas. Al no ser festivo tenemos que retrasar la pequeña fiesta que organizaremos hasta el próximo lunes que en España es festivo: es el día de la Constitución.
Nos reuniremos a comer todos y pasaremos un buen rato, sobretodo los niños; ellos disfrutan de cualquier cosa con tal de estar juntos, y quiera Dios que nunca se separen. Son más que primos hermanos puesto que han tenido contacto diario desde que han nacido. Cuando nació Esmeralda hacía un día frio como el de hoy, había niebla como hoy. Recuerdo que mis padres me llevaron a la clínica a mi otra hija Rosa que tenía 22 meses. Venía dormidita y mi madre me la dejó en la cama y parecía una muñeca. Era idéntica su hermana recién nacida, aunque ahora la verdad es que no separecen en nada, ni física ni en el carácter. Una es muy bromista e ingeniosa (Rosa), Esmeralda es más seria aunque también tiene humos, pero tiene un carácter más vivo. La niña es preciosa: cariñosa, dulce, enseguida te besa y para mí es como si de nuevo estuviera criando a su madre. Se parcen físicamente muchísimo, es muy graciosa y a sus siete años tiene razonamientos como si tuviera más edad. El colegio.... no le gusta nada hacer los deberes, por lo que se lleva algunas regañinas, pero al final termina haciéndolas.
Y bien, ya os he contado otra anécdota de mi vida, que como observaréis tengo bastantes.

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