martes, 24 de mayo de 2011

BICICLETA - CUCHARA - MANZANA

Imagen tupatrocinio.com
Cuando un médico te da un pronóstico que no esperas sea tan grave, es como si recibieras un mazazo que te nubla los sentidos. El cerebro se te queda totalmente en blanco, al tiempo que a velocidad de vértigo por tu cabeza pasan infinidad de ideas, de cómo actuar frente a la persona enferma, y de como actuar tú mismo.
Es como si un edificio de infinidad de alturas se te desplomara encima y no te dejara ni un agujero para respirar.
En los primeros momentos quieres llorar y no puedes; una excitación increible se desarrolla en tu interior. Tienes deseos de proteger a la persona afectada, siendo esta persona la que más protegida v a a estar, recorres c on estupor las caras de los que tienes a tu alrededor buscando algún consuelo, y de repente compruebas que ellos están esperando que tu seas su apoyo.
Después te desplomas y empiezas a recordar tus años de niñez con esa persona a la que amas por encima de todo y de repente te das cuenta que empiezas a perderla irremediablemente.
¿ Qué palabras puedes encontar para ofrecer tu apoyo, tu ayuda para alguien que lo está pasando tan mal?
Las buscas y todas se te quedan cortas, no hay palabras para mitigar ese dolor y el venidero. Solamente cabe ofrecerle tu hombro y tu silencio para que se desahogue de tanta desesperanza, darle un abrazo grande y profundo, porque el sentirse querido y comprendido es muy importante , para sentirse que no estás solo, que tienes a personas a tu alrededor que te comprenden y están dispuestas a escucharte cada vez que tu lo necesites.
Te refugias en tu familia, pero al mismo tiempo la situación te desborda porque también a ellos quieres protegerles, aliviarles en el dolor que estás sufriendo aumentándolo,  pues la dosis es doble.
No tengas pesares, refúgiate en ellos, ellos te quieren y te comprenden; no lleves la carga tu solo, tu no eres culpable de nada, no te sientas así. Uno tiene la familia para lo bueno y también para lo malo.
Ten paciencia porque te esperan días amargos que no podrás evitar por mucho que intentes que no lleguen, llegan y duelen, muchísimo.
Cada vez que la veas abrázala, besala y nombrala, que ella se sienta querida: eso es lo únic o que podrás hacer.
Acuérdate que los amigos estamos aquí, recurre a nosotros y ni te avergüence, ni te de apuro si tienes que lamentarte. Es normal que te lamentes, nosotros estaremos ahí para escucharte y comprenderte.
Una inmenso abrazo, amigo.

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