martes, 17 de abril de 2012

¡ UNA FLORECILLA !ª

Andrea, mi pequeña florecilla

Era Jueves Santo de 2003.  A las 15'30 de la tarde llegaba a este mundo Andrea. Han pasado nueve años desde que una diminuta y tierna florecilla llegaba a nuestras vidas para alegría de todos. Cuando supe que su madre estaba embarazada pedía  " que sea niña " y mi deseo se cumplió. Se ha criado y vive en mi casa y cuando la cuido es como si cuidara a su madre de niña, porque físicamente se parece muchísimo a ella.
Es cariñosa, dulce y alegre. Al igual que Paula, Andrea llegó en un momento especial en mi vida y a ella me aferré como en su día lo hice con Paula.
Ninguno de ellos quizás lleguen a entender el porqué les quiero tanto. En ellos he condensado todas mis esperanzas y deseos, ante todo, de que sean gentes de bien y que alcancen la felicidad. Lo primero estoy segura de que así será, lo segundo dependerá de " la vida".
Esta mañana se ha levantado para ir al colegio, exultante de alegría como si el cumplir nueve años fuera toda su meta. Estaba muy contenta y feliz y eso me emociona porque todo lo que ambiciono es que tengan una vida plena de satisfacciones, al menos durante la niñez, porque cuando se es adulto el camino que hay que seguir , en gran manera no lo marcamos nosotros.  Cuando iba a la guardería, la persona que la cuidaba le empezó a llamar florecilla porque así era. Ha sido desde que nació una criatura muy buena, sin dar a penas molestias. Ni siquiera durante el embarazo y cuando nació, lo hizo sin grandes esfuerzos.  Llegó sana, que es lo que importa y pequeñita, sin pelito. No dió ni una sola mala noche, fué extraordinariamente buena.  Tiene un gran corazón y adora a sus únicos primos directos: Paula y Alejandro.  Se mia constantemente en el espejo de Paula que es como su referente y ambas se quieren como hermanas, pues no en vano n o se han separado nunca, ya que tuvimos la suerte de vivir en el mismo edificio.
Tengo un montón de sentim ientos que quisiera saber explicar. Que ellos comprendieran, para que cuando ya no esté aquí,  que les he querido muchísimo. Ellos han sido mi segunda oportunidad en su crianza. He vuelto a vivir paso a paso la niñez de mis hijas, y eso es una  suerte que no todas las personas tienen.
Quiero que sepas, mi dulce Andrea, que siempre, siempre estaré a tu lado para lo bueno y lo malo. Que te quiero muchísimo y que eres importante en mi vida, al igual que lo son tus primos. Te quiero mi pequeña florecilla. Feliz cumpleaños.

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