A esa cita faltaron los padres de ambos La vida hizo que partieran prematuramente. Cuatro meses antes de este día partió también mi madre, mi gran apoyo.Pero fué un enlace feliz, la alegria prevaleció en toda la ceremonia y en su posterior celebración. Todo fué perfecto.
Ellos se querían y se les notaba, estaban pletóricos. Al día sigueinte realizarían su viaje de luna de miel: querían conocer Escocia y así lo hicieron.
Mientras todos estos acontecimientos tenían lugar, yo no podía evitar acordarme de aquellos seres que se habían ido, pero que estaban muy presentes en nuestras vidas.
Me parecía mentira que aquella pequeñina a la que yo consolaba en la foto hubiera crecido tan deprisa y ahora estuviera delante de un juez de paz dando el "sí quiero" al hombre de su vida. Han pasado ya once años, tienen dos hijos: Paula y Alejandro, que son el vivo retrato de su padre, y ellos siguen felices, compenetrados. Tienen un hogar estable y se siguen queriendo, quizás con más consistencia que cuando unieron sus vidas. Ahora el amor es distinto, más real, más auténtico. La ilusión de los años de noviazgo, ha dado paso a la realidad de la vida diaria y a compartir todo lo bueno y lo malo.
Desde estas líneas quiero felicitarles porque al verles felices me proporcionan también felicidad y tranquilidad.
Sabed que os quiero, que los que os acompañamos en ese día fuimos, a pesar de todo, completamente felices. Que fué un día de nervios y alegría y que nunca, nunca lo olvidaré. FELIZ ANIVERSARIO, muchachos, así se construye la vida, paso a paso.
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