domingo, 12 de junio de 2011

TRES GENERACIONES...SAN ANTONIO

Acuarela de mi padre. Callejón de Castilla
El día 13 de Junio, era para tí ,papá, un día feliz. Por la tarde para cenar nos reunías a todos . Erais tres generaciones de Antonios: tu, mi hermano y mi sobrino.
Recuerdo que en ese día eras muy feliz. Tu mayor alegría era vernos a todos reunidos. Mamá instalaba la mesa en la terraza y allí cenábamos y reíamos en tiempos felices, cuando todo era distinto. Mi recuerdo de hoy para mañana, no quiero que sea triste, melancólico, no. Porque tu estabas muy contento  y quiero que esa alegría que se reflejaba en la celebración , sea la que perdure siempre, como siempre recordaré tu rostro de satisfacción a medida que íbamos llegando para reunirnos.
Luego, la vida que no para de sorprendernos, hizo que todo cambiase: tu ya no estabas, mi hermano tampoco y a mi sobrino hace años que no le veo. Pero no quiero mirar atrás. Tu eras optimista y quizás ese espíritu fué el que me infundistes, junto con la sensatez de mamá. Un cóctel un poco extraño que a veces me hace caer un poco en la depresión, pero no creas, brevemente, porque inmediatamente remonto.
Mañana es vuestro santo, no importa que ya no estéis, siempre estáis conmigo. Mi mejor homenaje me ha parecido reflejar uno de los cuadros tuyos. Recuerdo que siempre, cuando te ponías a pintar, me colocaba detrás de ti a mirar lo que hacías. Tus trazos erán rápidos, seguros, y siempre me asombraba cómo con una pincelada reflejabas en el cuadro lo que querías.
Siempre me preguntabas ¿sabes lo que es esto? y yo te decía: un árbol, o un desconchón en una fachada, o un charco de agua, etc. Eso te gustaba porque a pesar de que yo no entendía nada de pintura, estaba claro que lo que el lienzo nos mostraba, era lo que tú querías: ¿está bien definido, se ve claramente?, insistías.
Siempre te dec ía que el último cuadro que realizabas era el que más me gustaba, y así era en realidad, por eso algunos de ellos me los regalabas y yo guardo,  porque es mi tesoro y a mis hijas les encomiendo que cuando yo desaparezca los conserven porque es parte de la historia de su abuelo.
¡ Cuánto han c ambiado las cosas, padre mio ! Tus ideales, a los que nunca renunciastes a pesar de que había infinidad de dificultades para lo que  tú y otros tantos como tu, consiguiérais alcanzar lo que habíais soñado durante tantos años. Te fuistes antes de ver los frutos de aquella incipiente democracia que habías soñado para tu país desde el mismo día en que terminó nuestra inútil, sangrienta y aborrecible guerra civil.
Pudiste ver la muerte del dictador que tanto daño hizo, a nuestra familia también. Recuerdo que no te alegrastes porque era la muerte de una persona, pero tampoco lo lamentastes. Simplemente guardastes silencio, sin duda acordándote de tu padre que sufrió en sus carnes la locura y odio de aquel personaje para con las personas que no pensaban como él.
Te deseo la mayor felicidad del mundo a ti y a mi hermano, que sin duda estará a vuestro lado. Donde quiera que estéis seguro que también habrá bocaditos de nata, que eran los dulces que más te gustaban. Toma uno a mi salud, y piensa padre mio que cuando los días de soledad me cercan, es en vosotros en quién pienso; sois mi refugio y nunca, nunca dejaré de pensar en vosotros. Feliz San Antonio, papá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario