viernes, 4 de marzo de 2011

ACERA DE MI: Al pié de la escalera....

Pichu y yo

Ayer se cumplió el ´décimo aniversario del nacimiento de nuestra nieta Paula, pero no es de ésto de lo que quiero hablaros, puesto que de la niña ya comenté en crónicas pasadas. La palabra políticamente correcta para definir nuestro parentesco es el de consuegras, pero para mí, absurdo pero es así como lo siento, la connotación "suegra" no me gusta y prefiero referirme a ella con su nombre vasco: Pichu, o como a la madre de Pedro.
Nos conocimos una semana antes de que Pablo faltara e inmediatamente me sentí a gusto en su compañía, no me intimidaba ni producía violencia al ser la primera vez que nos veíamos y por tratarse de la madre de mi futuo yerno. Cuando a la semana siguiente nos volvimos a ver fué en el tanatorio y me infundió tanto ánimo tanto cariño que me atrevía a pedirle que no abandonara a mi hija y tratara de hacerle más llevadera la pérdida de su padre. Recibí cariño por parte de toda su familia, sus hijos ( cuatro espléndidos muchachos), sus nueras, su hermana, en fin toda su familia que a poco se convertiría también en la nuestra. Nosotras estábamos necesitadas de cariño y ellos nos lo brindaron y desde entonces los mayores acontecimientos que suceden en todas las familias, nos hacen el favor de compartirlos con ellos. No se qué puedo decir de Pedro que no sepáis ya, y de Pablo con su simpatía  que junto con María del Mar han formado una familia estupenda con tres varones en su haber, de Quico y María otro matrimonio entrañable que han contribuido al aumento de la familia con dos preciosas niñas y Juan Andrés y Maribel, el mayor de los hijos de Pichu a su vez con un muchacho y una niña prec iosa,  Lucía. Concha forma otro renglón: cariñosa, bonísima cocinera, tía de los chicos y ahora compañera y compañía de Pichu. Nunca olvidaré el bizcocho que le hizo a mi madre en una ocasión que estaba ingresada en un hospital. Nunca olvidaré el sabor de ese bizcocho: inmejorable.
Pichu ya tiene nueve nietos, ha creado una gran familia  y  unos ejemplares hijos que le adoran. Anoche Pedro y Rosa nos reunió para cenar en un restaurante y festejar el cumpleaños de nuestra nieta. Pasamos un  rato muy bueno porque entre todos nosotros hay armon ía y cariño, mucho cariño. Pichu es para mí como  esa hermana mayor que siempre quise tener. Se  que cuando me da un consejo me lo dice con lealtad y porque es lo mejor para nosotras. Mi hija la quiere muc hísimo y tiene con ella la con fianza que yo hubiera querido tener con mi "Suegra" y que nunca conseguí.
"Al pie de la escalera", porque la niña va camino de la a dolescencia en su comportamiento y en su forma de ser. Ellos escalan la vida a toda prisa, pisan  los peldaños de dos en dos y nosotras ya estamos al pie y nos va costando remontar hasta donde los jóvenes están, pero esa es nuestra misión en la vida y me alegro de que aún tengamos muchas energías para verles crecer, derrochar  alegría y sentir que la vida se nos renueva en ellos. Este año es especialmente alegre en las pocas celebraciones que tenemos, pero muy satisfactorias.
Desde estas páginas, a modo de diario, quiero daros las gracias por todo por habernos abierto las puertas de vuestras vidas y habernos dejado entrar en ella, por el cariño que dispensáis a mis hijas y nieta Andrea, porque ya sabéis que mi casa es la vuestra y dejo para el final para agradecerte a ti, Pichu, muy especialmente,  la inteligencia que has tenido para tu sola, al haber perdido tan pronto a  tu marido, de educar a tus hijos para ser hombres de bien, repetuosos y cariñosos con todo lo que les rodea. Yo especialmente  te lo agradezco por Pedro, porque es un  excelente muchac ho y pienso que nos tocó la loteria el día que entró en nuestras vidas. Es paciente, relajante, cariñoso y muy, muy honrado. Gracias Pichu, tu labor ha sido inmejorable, te doy la enhorabuena porque además has sabido ganarte el amor y el respeto de todos ellos, de todos y todos te quieren; te lo merces.

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