martes, 22 de febrero de 2011

TREINTA AÑOS DESPUES... 23 de Febrero de 1981

General Gutiérrez Mellado en aquella época Ministro del Ejército

El Congreso con sus diputados al día siguiente del golpe, cuando los golpistas estaban perdiendo la baza

El Congreso a los pocos instantes de haber entrado en el hemiciclo, espectantes ante la situación creada

Señales de balas en el techo del hemiciclo por los disparos efectuados por los golpistas al entrar en el Congreso

Los tanques por las calles de Valencia, la noche del golpe

Manifestación convocada en toda España para apoyar al Gobierno tras el golpe de estado. Esta corresponde a Madrid

Tejero al entrar en el hemiciclo y tomar posesión del Congreso, anunciando a los diputados del golpe de estado

Aproximadamente serían las seis de la tarde del día 23 de Febrero de 1981. Se estaba jurando la toma de posesión de Leopoldo Calvo Sotelo a Presidente del Gobierno, tras la renuncia del mismo cargo de Adolfo Suárez, Presidente saliente.
Todo transcurría con toda normalidad, pero en el ambiente de la ciudadanía existian los rumores de que los sables de los militares estaban haciendo muc ho ruido, máxime después del abucheo que había sufrido el Rey en Guernica por unos asistentes etarras que habían ido a boicotear la presencia de los monarcas en el Parlamento Vasco.
Yo me encontraba en la tienda montando unos centros de flores y como siempre tenía la radio puesta. La cadena Ser ha sido siempre mi preferida; de repente el locutor que esta retransmitiendo el acto, dijo:  " no sabemos qué ocurre, pero unos guardias civiles han entrado en el Congreso y uno de ellos se dirige a la tribuna para hablar a los diputados".
"Quietos todo el mundo", fueron las palabras que ese guardia civil nos dirigió a todo el pais, y a continuación empezó a disparar. " Ha sido ETA",pensamos todos. Yo inmediatamente me puse en contacto con Pablo y con mis padres para tratar de averiguar qué es lo que estaba ocurriendo. Las chicas ya habían regresado del colegio y excepto yo, todos estaban en c asa. Pablo vino en mi busca inmediatamente y cerrando el establecimiento rápidamente llegamos a casa.
Mis padres, sobretodo mi madre, tenía un ataque de nervios porque en su cabeza se reflejaron inmediatamente los acontecimientos acaecidos en el año 1936 ( es un estigma que lleva esa generación). Recordemos que sólo hacía poco más de seis años que Franco había muerto y el miedo aún continuaba en nuestras vidas.
Poco a poco y gracias a los micrófonos que dejaron abiertos los locutores de Radio Madrid, supimos que no era ETA, sino un golpe de estado, lo que no le restaba importancia. Sacaron del hemic iclo a los principales dirigentes de los partidos de izquierdas, con lo cual los diputados que se quedaron allí se imaginaron que nun ca más les volverían a ver, pero solamente les separaron unos de otros y les retuvieron durante toda la noche.
No había imágenes de televisión puesto que obligaron a TVE a cerrar las cámaras. Unos profesionales consiguieron esconder las imágenes y de esta manera más tarde pudimos ver lo que se nos ocultaba en aquellos momentos.
La televisión fué tomada por los militares, así como Radio Nacional. Por Valencia circulaban los tanques y las calles permanecían desiertas. En las inmediaciones del Congreso de los Diputados, se fué llenando de gentes que acudían para ver lo que estaba ocurriendo,  con los transistores,  y poco a poco la gente empezó a hacer causa común con los diputados que en el interior permanecían retenidos. No se sabía nada y la noche fué larga, muy larga. Se tranquilizó la situación cuando a las dos de la madrugada el Rey intervino en u n discurso a la nación en  el que nos decía que nuestra incipiente Democracia, estaba a salvo y que daba orden a los militares para que depusieran su actitud.
A partir de ahí  las cosas se precipitaban a nuestro favor, primero lentamente y después apresuradamente;  vimos cómo algunos guardias civiles saltaban por las ventanas huyendo de lo que luego más tarde  supimos que les habían ocultado la verdad de su misión.
La Carrera de San Jerónimo se empezó a llenar de gente y como a las diez de la mañana empezaron a salir diputados ya puestos en libertad por los golpistas. Salían primero algunas diputadas embarazadas y a continuación todos los demás. Se abrazaban unos y otros todos un idos, cada uno con sus ideologías, pero todos juntos ante la situación que acaban de vivir. Se fundieron en una brazo los de derechas e izquierdas, cuando éstos últimos (Felipe González, Alfonso Guerra, Santiago Carrillo) que habían sido apartados del resto, pudieron reunirse con sus compañeros, ya que pensaban que nunca más iban a verles Se convocó una manifestación masiva, aproximadamente  un millón de personas acudieron en Madrid al monumento de la Constitución en la Castellana, pero fué masiva en el resto de España. Aquella noche supimos lo que  habíamos estado a punto de perder y que teníamos que conservar costara lo que costara.
Fué denominada "La noche de los transistores"; todo el mundo estaba ávido de saber las noticias, que más tarde y durante varios días desgranaba la televisión.
Fueron horas muy angustiosas y que felizmente al cabo de treinta años podemos contar como una mala anécdota de alquien que nos quería arrebatar lo poco que hasta ahora habíamos conquistado y que se consolidó firmemente transcurridos algunos pocos años más.
Volvieron a nuestras cabezas, años pasados de miedo y represión. Afortunadamente la generación posterior no vivió aquellos momentos y que por mucho que les contemos no se hacen idea de lo que aquello representó para todos nosotros. Posteriormente toda la clase política unida, pensando únicamente en España, llegaron a l acuerdo de que aquello no volvería a repetirse, como así fue.
Poco más de un año más tarde ganaría las elecciones el Partido Socialista con Felipe González como Presidente, pero eso ya es otra historia.

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