viernes, 7 de enero de 2011

ACERCA DE MI / UN GRAN AMOR INTERRUMPIDO

Fotografía de Inés y Antonio
Pais: España.
Lugar: Alcalá de Henares (hoy Patrimonio de la Humanidad, ayer un pueblo triste y mísero en el que solamente habían cuarteles de soldados y conventos)
Fecha: Hacia 1880 ( cuando todavía eran colonias españolas Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Protagonistas: Antonio Fernández e Inés Hernández

Relato:
Ella pertenecía a la burguesía de la época de Alcalá de Henares. Sus padres gentes acomodadas que había dado a sus hijos (ignoro el número de ellos) una situación buena en la vida. Uno de sus hijos fué organista de la iglesia principal de la villa y otra de sus hijas monja de uno de los innumerables conventos que por aquellas fechas se habían instalado en la ciudad. Pero el estar bien acomodados no les impidió sufrir las desgracias que les sucedieron con la pérdida de algunos de sus hijos (solamento conozco el destino de dos de ellos).El organista murió jóven de tuberculosis; era un hombre guapo, alto y esbelto perseguido por las señoritas de la llamada "buena sociedad". La monja murió en un incendio del convento tratando de salvar al Señor.
Inés era bonita, de modales refinados, culta y destinada a casarse con un chico de su igual. Antonio era de familia pobre, pero era jovial, con buen sentido del humor, valiente, extrovertido, trabajador y decidido a abrirse paso en la vida. Ignoro cómo se conocieron y cuando, sólo se que se enamoraron perdidamente y que su amor causó muchos quebraderos de cabeza a los padres de Inés, pues Antonio era simplemente albañil.
Antonio correteaba por las calles de Alcalá con otros muchachos de su misma edad y como todos los niños eran traviesos y alegres. Asistían a un colegio de pueblo, pero los maestros (que pasaban muchísima hambre) tenían la sabiduria inmensa y trataban a sus discípulos como si hijos fueran y les enseñaban todo cuanto la época permitía. Las clases eran en la propia vivienda del profesor al no haber colegios ni institutos donde estudiar. Recordemos que era un pueblo; toda España era un pueblo mísero, triste y muerto de hambre por los malos gobiernos y las guerras que manteníamos con las ya pocas colonias.
Bien, pues entre aquellos niños que jugaban en la calle Antonio tenía dos amigos especiales, que luego llegaron a ser personajes muy ilustres de la vida española: Manuel Azaña y Andrés Saborit. No en vano habían nacido en la cuna de Cervantes.
Antonio destacó siempre por dos cosas: por la letra tan bonita y clara que tenía al escribir y la facilidad de palabra que tenía para hablar.Pero, la pobreza de su familia le obligó a  trabajar desde muy jóven y en ello estaba cuando conoció a Inés.
Debió ser su don de gentes el que convenciera al padre de Inés para casarse con aquel pobre albañil que quería comerse al mundo.
Se amaron locamente y al poco tiempo ella se quedó embarazada, y nació su primer hijo: Antonio que les colmó de alegría en aquel pobre hogar. Tuvieron en total ocho hijos, además de Antonio vinieron Aurora, Alvaro, Angeles, Adela, Elena Dionisia e Inés. El ya empezaba con la política. Primero fué concejal del Ayuntamiento de Alcalá, pero Inés volvió a quedarse embarazada y el médico le advirtió que su vida corría serio peligro. En aquella época no habían hospitales, se daba a luz en casa, ni había controles médicos como los de ahora y las embarazadas no tenían el mismo cuidado que ahora; por tanto los embarazos eran de altísimo riesgo.
Llegó el momento de dar a luz a Inés. Todo fué normal pero su corazón era débil, y cuando estaban celebrando el nacimiento de la pequeña algo empezó a fallar .Antonio salió corriendo a buscar al médico que aún estaba bajando las escaleras, al subir a la vivienda ya no había nada que hacer: su adorada esposa acaba de morir, aún con la placenta sin extraer.
Antonio creyó volverse loco de desesperación y de dolor: se había ido lo que más quería y le había dejado ocho hijos con una edad en escalera partiendo del mayor, Antonio, con trece años. Fué enterrada en Alcalá y Antonio iba todos los días a su tumba a llorar su desesperación por haberla perdido. Buscó incansablemente a un ama de cria para la pequeña y consiguió que viviera durante tres meses, pero fatalmente ella también se fué con su madre.  El entonces sin grandes medios económicos se le ocurrió la idea de repartir a sus hijos entre toda su familia, creyendo que así tendrían una oportunidad mejor en la vida.
A Antonio  le daba clases un profesor llamado Pardinas y  comunicó al padre, que él ya no podía enseñarle más, que era un chico despabilado y había aprendido todo lo que su saber le había transmitido. Le aconsejó llevarle a Madrid y que trabajara en un comercio. Ser dependiente de una tienda en aquella época era un "carrerón". Y así lo hizo, le buscó empleo en una tienda y le metió en un tren dirección a la capital.
He de decir que hasta dormía en el comercio pues se abría las veinticuatro horas del día, era una completa explotación.  Años más tarde sería uno de los que lucharon por conseguir la jornada de doce horas de trabajo.
A las niñas las distribuyó entre distintos parientes, quedándose él con Aurora y con Inés, el bebé. Llegó a ser alcalde de Alcalá y entonces decidió reunir de nuevo a su familia. Adoraba a sus hijos por ser el recuerdo vivo de su mujer , e imagino el dolor que le debió suponer el desprenderse de ellos.
Los niños iban creciendo y él empezó a viajar pues ya la política le requería para asuntos por los que tenía que desplazarse fuera. Volvieron a vivir en  Madrid ( parte de los hijos habían nacido en la capital) y empezó a dar charlas y mítines junto a su amigo Manuel Azaña. Los discursos no eran leídos; debido a su facilidad con contactar con las personas, fué el fundador del partido socialista de Alacalá de Henares. Quizás por sus orígenes humildes y obreros, tenía una especial aptitud frente a la corrupción e inculcó en sus hijos "que por encima de todo hay que ser honrado siempre aunque vaya en contra nuestra, y ser fiel a la palabra dada en su cumplimiento". Todos los hijos heredaron de él la honradez y el don de gentes, así como el amor inmenso a la familia: todos los hermanos se adoraron hasta el final.
Necesitaba a alguien en quién confiar la educación de sus siete hijos y decidió (muy a su pesar) contraer nuevo matrimonio. Eligió para ello a una hermana de su difunta esposa. María que sentía adoración por sus sobrinos y por su cuñado.  Tuvieron tres hijos más: Inés (en recuerdo de su primera esposa), José y Francisco ( éste último fallecido de una enfermedad infantil al año y medio de edad).
Habían entrado en el siglo veinte y poco a poco los hijos fueron empezando a trabajar y a casarse. Solamente quedaban en casa los pequeños: Inés y José, ya que Francisco había fallecido.
El nunca se olvidó de su primera esposa y a María la tenía cariño y la respetaba, pero no la amó.  Antonio, el hijo mayor, a pesar del tiempo transcurrido siempre mencionaba a su madre, ni uno sólo de los días que vivió dejó de acordarse de ella y cuando iba de visita a Alcalá, siempre la visitaba en su sepultura.
Les debió causar un tremendo trauma la desaparición de su madre, pues todos los hermanos  eran de carácter melancólico. Eran muy cariñosos entre sí y nunca hubo una disputa  entre ellos. Nada más terminar la guerra civil española María falleció. Antonio llegó a ser durante la guerra  y  durante algún tiempo alcalde de Madrid. Fué elegido diputado a Cortes  en la Segunda República por el partido socialista. A su paso por el Ayuntamiento como concejal, fué nombrado visitador de hospitales y encargado del seguimiento de la actual plaza de toros de las Ventas, que fué inaugurada mientras estaba desempeñando cargos en la Alcaldía de Madrid. Fué un hombre honrado, socialista romántico que no creía en la maldad de las gentes, culto y ante todo buena persona. Falleció en Madrid a los setenta y dos años en 1951, tres años después de haber salido de la cárcel . Fué encarcelado por Franco por su cargo en el partido y por haber sido diputado. Estuvo en la cárcel  varios años , condenado a muerte durante un año y se le conmutó la pena porque a fuerza de dinero su hijo Antonio "compró" a las personas que podían librarle de la última pena. Lo consiguió a costa de arruinarse, pero él siempre lo dió por bien empleado porque ello sirvió para salvar la vida de su padre. Antonio hijo depositó todo el amor que no tuvo tiempo de dar a su madre , todo en su padre.
Tuvo que emigar a Argentina por cuestiones económicas, después de haber estado durante siete meses en un campo de concentración en  Madrid por ser hijo del diputado Fernández Quer ( que es como denominaban a su padre), sin siquiera haber rozado la política.
No vió morir a su padre, ya que éste falleció en 1951 estando la familia en Buenos Aires, pero en ese momento decidió que tenía que regresar para estar con los suyos y correr su misma suerte, lo que hizo con toda su familia en el mes de Febrero de 1952.
El día de Navidad de 2010, falleció la última hija que quedaba de esa familia: Inés. Quedan los nietos de aquel Antonio albañil, enamorado de una señorita "bien", que cumplió a medias sus sueños y que perdió lo que más quería cuando era todavía muy jóven. Cuando falleció Inés tenía treinta y tres años.
Esta es la historia de mis abuelos paternos, hermosa por el amor que destilaban sus vidas y tristísima al igual que era el destino de mi pais por aquel entonces.

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