domingo, 17 de octubre de 2010

ACERCA DE MI / BRUSELAS - FRANKFURT - BAVIERA


Como siempre nos dimos un señor  madrugón ya que el camino era muy largo. Salimos de Bruselas después de desayunar rumbo a nuestra parada en suelo alemán: Frankfurt. Hicimos la primera parada en un aparcamiento en lo que hasta hacía poco tiempo había sido la frontera: ya no existían fronteras en la Unión Europea. En un establecimiento de regalos cambiamos dinero (todavía no existia el euro) y compramos algunas "chucherías" para llevar de recuerdo. Los guardias  eran muy simpáticos o quizás se reian de los turistas españoles . Nos pasó en un restaurante que paramos a comer la siguiente anécdota que nos sentó bastante mal, y que cada vez que viene un turista a nuestro pais me viene a la memoria, y fué la siguiente. Ellos no tuvieron en cuenta que nuestro pais cababa de salir de un retraso de cuarenta  años y poco a poco nos ibamos incorporando al mundo "moderno". Había unos dispositivos digitales para sacar los zumos o el café; nosotros lo desconocíamos y nos poníamos delante de la máquina indecisos(me refiero a todo el grupo) sin saber cómo demonios salía el líquido. Las personas que esperaban su turno se reian sin ningún pudor y cobn muy mala educación, pero ahora somos nosotros los que les suministramos grifería y sanitarios. Cada vez que les veo en las playas o en un restaurante beber la "sangría" y en las condiciones en las que acaban la comida, yo no hago como ellos, no me rio pero la verdad es que no es por falta de ganas.
Frankfurt es como todas la mayoría de ciudades alemanas, muy nueva, impresionante y muy moderna. Muy de negocios. Estábamos hospedados en un hotel cercano al pabellón de las exposiciones; quisimos conocer el Metro, pero al entrar deshechamos la idea al pensar que más moderno o menos no dejaba de ser un  metro semejante al que teníamos en Madrid. Dimos una vuelta y retornamos al hotel a cenar y a dormir que al día siguiente, de nuevo había que madrugar.
Al día siguiente llegamos a la zona de Baviera: precioso su paisaje en el campo, tan particular. Las casitas con sus fachadas decoradas con figuras o gruirnaldas de flores. Su balconada de madera llena de geráneos rojos provenientes de España. Al ser una zona en la que llueve mucho, el verde era intenso y muy frondoso. Las granjas muy cuidadas, pero las casa muy distantes unas de otras. llegamos a un pueblecito con un "puerto" en el que cogimos un barquito para recorrer el curso del rio y visitar las bodegas, tan distintas a las vides españolas. Allí son en alto, como las vides gallegas y el vino también es diferente en su sabor. Yo no entiendo nada de vinos, a mi me pareció más áspero y afrutado. Hacía una mañana espléndida con un sol radiente y muy buena temperatura teniendo en cuenta que era el mes de agosto.Despúes del recorrido tan placentero desembarcamos en otro pueblecito y fuimos a comer a un restaurante muy agradable con gentes muy simpáticas que "albricias" hablaban castellano, ya que habían vivido muchos años en España y conocían nuestras costumbres, y al contrario de las "señoras" de Frankfurt no hacían nada más que darnos alabanzas de nuestro país y de nuestro carácter. Hicimos un recorrido por el pueblo antes de sentarnos a comer. Hecho esto  partimos rumbo a Holanda.
Próximo capitulo: Amsterdam - La Haya - Rotterdam - Madurodam - Mar del Norte - Canal de La Mancha

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