jueves, 21 de octubre de 2010

ACERCA DE MI / WINDSOR - OSFORD- DOVER



Tocaba a su fin nuestra estancia en Inglaterra. Nuestro viaje estaba siendo muy satisfactorio, nos encantaba todo lo que habíasmo visto hasta ahora, y aún nos quedaba Paris. Buscábamos el conocer el pais a través de sus gentes, de sus viviendas, de sus lugares de ocio, etc.Museos nos gustaba también, los palacios más de lo mismo, pero de eso afortunadamente tenemos en España, y mucho. A mi me gusta el contacto con la gente tanto me da si son simpáticos o no; es así como yo quiero conocer un pais  y que nos conozcan: hablando y participando de las mismas cosas que ellos.
Comimos en una típica taberna: carne asada (riquísima), era distinta a los asados a los que estamos acostumbrados en España. Salchichas y pu´re. Cómo no, conseguimos probar  los famosos fish and tipps. Nos parecieron muy ricos, o al menos nos los comimos todos.  Después nos dirigimos al hotel  puesto que ibamos a trasladarnos a ver Windsor y después ibamos a Oxford.  El camino hacia Windsor fué muy agradable. Recuerdo que pasábamos por unas campiñas totalmente verdes y nos extrañaba cuán distinto ocurría en España en el mes de Agosto en que todo está dorado por el sol y la hierba no existe, muy al contrario. Nuestro clima es seco y el ingles es húmedo. Nos explicó el guia que hay césped que tiene hasta cien años, porque se va manteniendo: To no se si es realidad o pura anécdota, pero aunque no durase tanto tampoco era de extrañar por dos razones muy importantes: ausencia de sol y humedad.
Nuestra llegada a Windsor estaba llena de expectación por ver el majestuoso castillo en donde la Reina pasa sus vacaciones y celebra la mayoría de los acontecimientos. En los reportajes se ve grandioso, a fe que no nos defraudó. Es enorme, de piedra, hermético como corresponde a una vivienda para la que está destinado: la monarquía:
Nos enseñaron muy pocas dependencias ya que el resto estaba considerado como vivienda real y no tenia acceso.Por lo tanto la visita no durá mucho. Los muebles que pudimos ver eran muy sobrios, demasado, hasta lúgubres diria yo. Las estancias oscuras, frias y tristes como corresponde a un castillo tan antiguo; mi opinión es que lo exhiben de cara al turismo para que la gente no queda defraudada y la realidad espero que sea más actual. Había un patio central y varias puertas alrededor por las que accedíamos a las distintas estancias para luego desembocar de nuevo al patio. Nos enseñaron cuatro o cinco habitaciones y por último nos llevaron a una sala donde vendian recuerdos, los cásicos. Como la visita era corta matamos el tiempo sacando fotos del patio de salida del castillo en la que los guardias fueron los protagonistas y todo el mundo nos sacamos fotos con ellos. No me  extaña que puedan estar de pie durante horas, porque vaya zapatones que se gastan. Ttambién posaron los beefitter, en fin todo lo clásico de turismo y que vemos a través de la televisión. Despés nos dijeron que teniamos una hora para visitar el publo y las tiendas de recuerdos. Yo en una tinda de porcelanas que había en diagonal al castillo compré una tetera que refleja pasajes de la obra de Shakespeare Sueño de una noche de verano. Me hubiera comprado la tienda entera, pero aparte de ser muy cara, ibamos con el equipaje hasta los dientes. Vi unos juegos de café que me enamoraron pero no me garantizaban un buen embalaje y eran de 12 cubiertos, con lo cual no me atreví a llevármelo. Paseamos por una calle comercial en la que a ambos lados todo eran tiendas de souvenirs y cosas relacionadas con el castillo. Era un pueblecito limpio y alegre por la cantidad de turistas que allí estábamos. Transcurrido ese tiempo y en vista de que allí no había nada más que ver, emprendimos viaje hacia Oxford. Esa localidad era otra cosa, era historia o al menos sus edificios de la Universidad parecían anclados en el tiempo. Me gustó muchisímo, respiraba historia y cultura.
Visitamos la Universidad: nos enseñaron la biblioteca (hermosísimo), el comedor de los alumnos (cuiosa más que otra cosa), es igual a la de Harry Potter, una mesa larga, austera como toda la sala, pero lo que más me gusto fué el Aula Magna. Yo la creía más grande; nos dejaron sentarnos en uno de los asientos y sacamos muchas fotografías, lo que ocurre es que como todas las del viaje fueron filmadas en deapositivas y no están reveladas. Había solera y hasta el olor era distinto, no malo ni a viejo, no sé , distinto. Nos pasaron a la biblioteca anexa al aula y entrabas por una puerta que parecía secreta, pero no lo era. Los libros de las estanterías eran muy antiguos, bueno, pues como todas las bibliotecas históricas de cualquier ciudad del mundo, pero ésta  tenía un sello especial. Recorrido el campus y nos pasamos a otros edificios, igualmente hermosos, A continuación tuvimos tiempo libre y fuimos a la calle comercial de aquella localidad. Entramos en las tiendas, compramos recuerdos, pastas de te, etc. cosas típicas . En Londres yo le compré a mi hiaj una cabina de teléfono porque decía que las iban a quitar. Quince días después de estar nosotros, ella pasó por Londres camino de Escocia, pero así ella no tenía " que gastar de su dinero".
Tomamos un café (el té  a mi no me gusta mucho), y  al cabo de un rato reanudamos nuestro viaje rumbo al hotel. Era la última noche. Al día siguiente temprano volveríamos a Dover para embarcarnos de nuevo esta vez rumbo a Francia.
Próximo capitulo:    LLEGADA A PARIS

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