domingo, 17 de octubre de 2010

ACERCA DE MI - MADURODAM-LA HAYA


A pesar de que Madurodam son edificaciones en miniatura, pero son zonas emblemáticas del mundo entero y varias edificaciones, plazas o zonas más emblemáticas. La extensión del terreno es inmenso y a pesar de que todo está trazado para no desviarte de la ruta marcada, sin darte cuenta vas de una a otra zona porque es asombrosa la idelidad con que está todo detallado con el tamaño tan reducido que tiene. Nos dejó impresionado el relato del por qué de esa fundación.
Salimos de allí a media mañana sin completar el recorrido  de la instalación pues como ya he dicho es muy grande.
Visitamos una fábrica de quesos en la que fuimos muy bien recibidos. Había una empleada de Madrid que era novia de uno de los hijos de los propietarios y el trato hacia nosotros fué exquisito. Compramos quesos de varias clases. Buenísimos; a mi me gustó uno que tenia cominos, y otro con nueces, en fin todos. Nos colmaron de atenciones y degustaciones; claro estaban haciendo marketing porque todos nosotros les compramos. Después fuimos a conocer uno de los molinos más emblemáticos cuyos molineros viven en él: fué una visita muy bonita, porque todo está muy bien cuidado y muy verde. Te parece imposible que sin apenas terreno, hayan podido ganarle terreno al mar y formar el pais como lo han formado. Como en la multinacional en que yo trabajaba de soltera, era de origen holandés, la sede central estaba en Amsterdam, pero los jefes (holandeses e ingleses) se distribuían entre las distintas sedes distribuidas por el mundo. A España vivnieron los holandeses. Esto viene a colación de un dicho que nos contaba niuestro jefe Sr.Lykles, nos decia: Dios hizo el mundo y Holanda la hicieron los holandeses; es verdad es increible la ingeniería tan fabulosa que han desarrollado para defenderse del mar.
Fuimos a comer y después llegamos a La Haya. Una ciudad muy bonita y muy cuidada pero en su mayoria habitada por gentes que trabajan o en el gobierno o en el Tribunal: Es pequeña, fuimos a ver el  Palacio Real; nos dijeron que la reina iba pocas veces a palacio y que se enteraban de que estaba porque ondeaba la bandera. Me extrañó que era un palacio relativamente pequeño y a pie de calle, sin guardias ni escolta alguna. Nos contó que las mujeres de La Haya son muy ¿pijitas? y que para ocultar que van al supermercado llevan la funda de un violín en lugar de una bolsa como todo el mundo.Acto seguido nos llevaron a ver el edificoo del Tribunal Superior de Justicia. Me impresionó mucho porque está situado en el centro de una gran extensión de terreno sembrado de verde, erguido, como si supiera lo que acontece en su i nterior. No nos permitieron la entrada para verlo por dentro, y después de  tomar algua fotografía del exterior, partimos de nuevo a Amsterdam.
Cenamos a toda prisa pues esa noche teníamos programada la visita al famosos Barrio Rojo. El guía (esta vez iba también un hombre acompañando a la guia) nos indicó que teníamos que seguir las instrucciones al pie de la letra dado que eran muy estrictos y si en algun momento las incumplias, podían denunciarte y llevarte detenido.  No podíamos sacar fotografías y tan siquiera llevar máquinas fotográficas, ni mirar descaradamente a los escaparates, ni desviarnos de la fila en la que teníamos que situarnos de dos en dos. En fín pensábamos: Dios mio que ni que fuéramos delincuentes, pero teníamos que cumplir lo establecido o no ir.
Es una calle más o menos larga y a cada lado de ella se encuentran las chicas dentro del escaparate con una luz tenue. La verdad es que las chicas eran preciosas y nada provocativas, se limitaban a estar sentadas en algun sofá o de pie, pero ni siquiera miraban a la calle. Los hombres que iban a hacer  el trarto correspondiente hablaban con ellas, se metian en la cabina y a co ntinuación cerraban las cortinas, y lo que ocurriera allí dentro sólo ellos lo saben. Más que bonito, fué curioso dada la fama que se extiende por todo el planeta referente a ese tipo de comercio.  Después regresamos al hotel.
A la mañana siguiente despuésd de darotra vuelta por la ciudad y visitar una especie de Rastro y teniendo muchísimo cuidado con las b icicletas, pues si por tu culpa tiene uin accidente algún ciclista la culpa te la llevas tu por falta de atención. Visitamos un mercado de quesos instalados en la calle y nos llevaron a un vivero de tulipanes. Intentamos entrar en el Museo de Rembrant, pero ya no  teníamos tiempo. Partimos rumbo a la zona costera para conocer más por curiosidad que otra cosa, cómo era el mar del Norte. Ese día estaba nublado, el mar gris y un poco alborotado; la playa era fría como su mar: no había nadie, pero la verdad es que no wera agradable darse un baño, pues sólo de ver el color del agua te daba frio.Después de tener los mares que nosotros tenemos tan azules, tan cálidos (excepto los del Norte, claro), tan verdes, tan bonitos el Mar del Norte, no tiene nada que hacer. Regresamos a recoger el equipaje  para partir rumbo al Canal de La Mancha en un crucero.
Próximo episodio:  Las rocas blancas de Dover

1 comentario: